Sólo es suficiente pasar a la acción.
Muchas personas quieren escribir, bien sea un libro, un artículo, unas frases bonitas, una carta...El deseo y las ideas dan vueltas y vueltas por la cabeza, se convierten en proyectos sin fecha, se postergan, se alimentan con otras ideas y así, pasando los días, cada vez se ve más complicado plasmarlo en un papel.
Está bien pensar, proyectar, alimentar y analizar pensamientos, pero debemos tener en cuenta una simple realidad: tenemos más de sesenta mil pensamientos al día. Evidentemente, si no nos paramos, cogemos una hoja, un bolígrafo o un ordenador en el caso de los más actualizados, no nos atreveremos (porque casi es una misión imposible) a seleccionar unos pocos pensamientos para darles coherencia y un sentido estructural.
Hasta que uno, tras pasar días posponiendo, se para, decide y pasa a la acción.
Hoy ha sido así, lo he comprobado. Me he levantado más pronto de lo habitual , las primeras horas de la mañana suelen ser las más productivas, te levantas descansado, fresco, hay silencio en las casa porque el mundo todavía duerme.
Hoy además, llueve. Miro por la ventana y tras unas reflexiones recurrentes tomo una decisión, me levanto, abro el cajón del escritorio y cojo sólo dos folios, mi propósito es empezar, y mi primer objetivo es escribir tan sólo una hoja, he cogido dos para que una sea el soporte. Me he sentado, sí, con el único objetivo de empezar, el simple objetivo de conseguir llenar una hoja en blanco para practicar y coger disciplina.
Y...ahora mismo ya no puedo alargar más...porque el folio se ha terminado!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario