Somos seres de costumbres, sin darnos cuenta nos condicionan nuestros hábitos adquiridos desde nuestra más temprana edad a través de nuestro entorno, nuestras experiencias y la interpretación que hacemos de ellas.
Nos volvemos adictos a emociones ya conocidas, aunque sean desagradables, porque se encuentran dentro de nuestra zona de confort.
Olvidamos nuestro poder interno que consiste en tomar consciencia, redescubrir que podemos interpretar las vivencias de otras maneras, que somos capaces de reinventarnos para dejar de ser ese "nosotros mismos" y convertirnos en una "mejor versión", que es aquella que nos haga vivir mejor.
Pero no es suficiente con desearlo o tomar consciencia, eso es sólo el primer paso.
Hay que pararse, meditar, descubrir los tantos miles de pensamientos que repetimos cada dia y que nos llevan a las mismas emociones, las mismas acciones, las mismas rutinas y los mismos resultados vivenciales, en un circulo vicioso que se convierte en adictivo.
Reinventarse, recuperar el poder de crearnos a cada instante, pensar cosas distintas, gestionar de otra forma las emociones, hacer cosas diferentes o de otra manera, cambiar aunque sea colores, probar cosas nuevas.
Vivir tal vez ochenta años y no "vivir ochenta veces el mismo año".
M.Pau Matas. Psic. Col.5261
